Dos edificios en un paraje único de la Costa Brava, rodeados de naturaleza, pinos, encinas y el mar. Arquitectura mediterránea como telón de fondo en un entorno magnífico. Arquitectura integradora, tranquila, clara, pensada para disfrutar del paisaje de la encantadora costa catalana.
El edificio se funde con los pinos e intenta equilibrar un paraje vertical con la horizontalidad de las plantas.
El edificio se funde con los pinos e intenta equilibrar un paraje vertical con la horizontalidad de las plantas.
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